Editorial // ask!? comer&beber 4

Tiempo de cerezas

Tiempo de cerezas, días de depresión. Por mucho que nos gusten las cerezas a casi todos, por mucho que alguna marca discotequera las haya convertido en su icono de sensualidad, la cereza llega con la primavera, y con ella, además de las flores, los poemas, el desenfreno de la líbido y las nuevas horas de luz, llegan asociadas la astenia, la depresión, la dejadez, la pereza… Todo eso que refleja una tristeza a medio camino entre el aburrimiento y la melancolía. Pues va a ser que no, que en ask!? no nos vamos a dejar llevar por los tópicos –aunque existan con fundamento– y nos inyectamos unos chutes de cereza, bien rojos, jugosos, sensuales. En cualquier caso, cuando este ejemplar llegue a sus manos ya estaremos en verano, así es que cambiamos el chip y pasamos de las cerezas a la cervecita fresca. Todos los propósitos fogoneros que nos formulamos en cada número se van cumpliendo. Excepto el de no engordar, difícil tarea cuando nos movemos entre pucheros de nota alta. Si reflexiono – a veces lo hago – me pregunto si a los estudiosos de la gastronomía no habría que llamarles el Clan del Acordeón, que es lo mismo que vivir entre unos kilos que avanzan y otros que retroceden, como un fuelle instrumental. Por eso le hemos dedicado unas páginas a las dietas, con el ánimo de controlar el fuelle del sentido común y alejarnos de las dietas de ataque para descerebrados.

Y si alguien es incapaz de organizarse en la mesa, que se apunte al magnífico SLM (Sólo La Mitad). Funciona como un reloj. Sobre todo teniendo en cuenta lo sobrealimentados que andamos en Occidente. ¿O han visto muchos obesos hindús? Desde esta página, con el ánimo de aportar una mínima ayuda, me aventuro a hacer una llamada al fantasma de la anorexia: está pasada de moda. Tanto como los okupas o los skins, movimientos ya retro y propios de posturas dictatoriales por lo radicales. Que no, que el radicalismo ya no se lleva ni en la cocina, y los recetarios-espectáculo van pasando, por fortuna, a mejor gloria porque no hay función sin contenido. Así es que vayan inventando los creativos publicitarios cuerpos un poquito más “felices”. Los que se pasan en la dieta para adelgazar, corren el peligro de convertirse en comida, pero de otros menos racionales. Vean la imagen y reflexionen. Están a tiempo!!!!!

Anna R. Alós
Directora de ask!? comer&beber